martes, abril 22, 2008

siguiendo en tiempo de gerundio

Tal como lo prometí:

La imagen del Yo del “estrella” es, por así decirlo, la de un gran artista, actúa para que se le admire, olvidando que un ran artista verdaderamente grande no actúa para ser admirado, sino por amor a su arte. La admiración es una consecuencia lógica de su obra, pero no su objetivo. El “estrella” malogra su trabajo ( si es que en realidad trabaja) al querer utilizarlo como un medio de ganarse la admiración del público, la cadena de los medios y fines se enreda y es fácil tropezar con ella.

Nadie puede ser o seguir siendo creador si sustituye el objetivo primordial, la creación, por sustitutivos egocéntricos, tales como la fama, el poder o la admiración, la obra real pronto será sustituida por una artificial fachada, la fanfarronería, la grandilocuencia y el engreimiento saltarán a la vista, la mentira se notara a la legua y los antiguos admiradores defraudados se desvían con disgusto, no comprende que labra su propio fracaso, culpa de ello a la envida y pobreza de espíritu de los demás, en vez de condenar su propio engreimiento.

Cuanto más se acerca al fracaso más se empeña en triunfar, recurrirá con creciente frecuencia a los ardides egocéntricos, pavoneándose, alardeando y presumiendo, criticará al prójimo, murmurará, calumniará e inventará embustes y líos, el circulo vicioso es clarísimo cuanto más se afana en proclamar su superioridad más muestras da de su inferioridad, cada día se refugia más en ser arbitro y juez minando a los contertulios el terreno y cuando se hunde sigue creyéndose víctima de envidias e intrigas sin comprender que “el circulo vicioso” ha llegado a su lógico termino.

Continuará continuando.

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