martes, agosto 01, 2006

Poniendo por poner

Lo siguiente está copiado y pegado.

Diferimos del gran hombre que verdaderamente lo es apenas en un punto: todo gran hombre fué, en otro momento, un pequeño hombrecito, pero él desarrolló una cualidad importante: la de reconocer las áreas en que había limitaciones y estrechez en su modo de pensar y actuar. A través de alguna tarea que le apasionase, aprendió a sentir cada vez mejor aquello que en su pequeñez y mediocridad amenazaba su felicidad. El gran hombre es, pues, aquel que reconoce cuándo y en qué es pequeño. El pequeño hombrecito es aquel que no reconoce su pequeñez y teme reconocerla; que trata de enmascarar su tacañez y estrechez de visión con ilusiones de fuerza y grandeza, fuerza y grandeza ajenas. Que se enorgullece de sus grandes generales, pero no de sí mismo; que admira las ideas que no tuvo, pero nunca las que tuvo realmente.
Que cree más arraigadamente en las cosas que menos entiende y que no cree en nada que le parezca fácil de asimilar.

( Wilhelm Reich )